Si el conocimiento no es un juego, entonces no es conocimiento. El conocimiento llamado “universal” siempre emana de un individuo o de un grupo de individuos; por eso el llamado mundo primordial de la vida por Husserl, siempre conlleva lo que el mismo maestro moravo denominaba mundo mío primordial. La complejidad, con su cerebro que es el pensamiento complejo, es la concreción de la fenomenología, cuando se considera seriamente a la vida cotidiana de los seres concretos y, además, cuando la fenomenología se erige en un auténtico nuevo pensamiento.
A la vista de lo que ha sido desarrollado en los últimos cien años, en materia de construcción epistemológica y, en consecuencia, en el moldeamiento del pensamiento de los individuos y de las sociedades, no podemos menos que constatar que la desgracia se encuentra en que la mayor parte de nuestra humanidad actual considera, precisamente, que los hechos sólo son eso, hechos, y no ideas.[1] El pensamiento se cotiza muy mal en las bolsas de valores del mundo contemporáneo; en ese contexto, ¿dónde quedan el pensamiento complejo, la transdisciplina, la complejidad? Porque ha de saber el lector que los innegables éxitos de las ciencias básicas, antes llamadas “positivas”, no son el éxito del positivismo… Ya desde mediados del siglo XIX se comenzaron a plantear, desde la mismas ciencias básicas, problemas insorteables por la forma determinista de proceder en la investigación y en la formulación de modelos de la realidad. Huelga decir que el siglo XX no hizo sino agudizar aún más esa observación, extendiéndose allende las fronteras de la ciencia experimental; así, hoy ya no es extraño oír hablar de complejidad en áreas tan aparentemente dispares como la física, la bioquímica, la medicina, la economía, la psicología, la pedagogía, la sociología, la antropología, etc. Empero, no deberíamos pensar que con esto lo que se ha trastocado es sólo nuestra visión del mundo, porque si fuese así, si lo decisivo fuese lograr variar la representación del mundo o del todo universal, sería porque la verdad de todas las verdades dijera: Ser es pensar. Pues bien, esta tesis radical se ve rebasada por la verdad que es bien sentida por el hombre corriente y, al parecer, no tanto por el experto. Ese es el terreno en el que se mueve nuestra publicación que, aun siendo de índole estrictamente académica, no puede permitirse soslayar lo que concierne al hombre común, so pena de construir una mentira consistente, indistinguible de la verdad. ¿Cuáles serían las consecuencias de ello? La construcción y el desarrollo de una forma de pensamiento irresponsable, es decir, incapaz de responder a la realidad que, inevitablemente, contiene al hombre, siendo éste el único ser del que tengamos noticia posee la capacidad de sospechar el infinito. Ese es el terreno de la complejidad, no ya como una forma de pensamiento más en la larga lista de posturas ideológicas, sino justamente como una no-ideología que se abre al horizonte de lo inacabado que, por eso, es lo que más vale la pena de ser investigado, la complejidad como actitud vital. Seguramente lo más relevante de lo que se ha expresado hasta aquí radique en el perfil siempre incompleto del saber en, de y desde la realidad, pues sólo de esa forma los polos opuestos del realismo precartesiano y del idealismo europeo moderno, del reduccionismo y del holismo, de lo unívoco y de lo equívoco, se ven subsumidos por el amplísimo universo del pensamiento complejo. Esta manera de pensar o, como diría Foucault, esta episteme tiene la peculiaridad de evitar los escollos mortales de alienar al hombre y de idolatrarlo.
Ante la desazón en la que se encuentra gran parte de la humanidad actual, consecuencia de un número ingente de condiciones y circunstancias, habiendo quedado claro que las ciencias y las técnicas, aunque aporten elementos de enorme valor para obtener cierto tipo de bienestar al hombre, definitivamente no lo realiza en la integración a la que aspira. Sin embargo, esta insatisfacción, por fundamental que sea, y lo es, tiene necesidad del recurso al pensamiento discursivo, tan típicamente humano; obviamente se trata de un discurso no alienante y que tenga en consideración las vicisitudes y las contingencias, es decir, toda esa “suciedad” tan inherente al mundo real y, en consecuencia, a los hombres que, conscientes o no, pragmáticos o soñadores, tenemos los ojos llenos de polvo de realidad…
La complejidad, como tema de estudio e investigación, no cesa de aumentar el interés en los estudiosos de las ciencias, de las artes, de la filosofía y de tantas otras disciplinas que, en el mundo entero, han agotado en gran medida sus posibilidades discursivas. Esto último se debe a que, en su mayoría, dichos discursos se han construido alrededor de los modelos deterministas que, a pesar de la inmensa cantidad de frutos que han rendido, ya se encuentran en muchos casos en los límites de su validez, de cara a aquello que la realidad propone a quienes la estudian. Al menos por esta razón, se hace cada vez más necesario el desarrollo de foros de discusión, físicos o escritos, en los que se muestren las revisiones, bibliográficas y de investigación de punta, los debates conceptuales, los diversos niveles de la investigación, desde lo más concreto en materia de simulaciones por ordenador de procesos no lineales, caóticos, turbulentos, etc., hasta las visiones globales y universales de los mecanismos que subyacen a todos esos fenómenos locales.
En lo tocante a los medios impresos, desde luego existen revistas que satisfacen en parte estas necesidades de estudio; sin embargo, en lengua castellana existe un hiato de grandes dimensiones y, por eso, Ludus complexus: revista multiversitaria de complejidad, se propone colmarlo. Esto es particularmente cierto, de cara a una presentación de corte monográfico y periódico, que satisfaga las perspectivas de toda la comunidad internacional de habla hispana, es decir, de España e Hispanoamérica, aunque, en ese tenor, también se puedan alcanzar ámbitos de investigación de habla inglesa, francesa y portuguesa.
Ludus complexus: revista multiversitaria de complejidad, desde su nombre, es una revista que promete desarrollar lúdicamente, con el juego del pensamiento complejo, la jerarquización de los temas y planteamientos de la investigación multidisciplinar y transdisciplinar, en múltiples áreas de estudio como las ciencias básicas, la filosofía, las ciencias sociales, la medicina, la economía, la psicología, la educación, etc., con el fin de ser un referente para las personas que dedican sus esfuerzos de estudio a contribuir al desarrollo de sus saberes. Además, lo que es más relevante aún, con ese nombre, la revista intenta abrir los horizontes de vida a todas las personas que, inconformes con el estado general de las cosas en el mundo actual, desean contribuir significativamente a una sociedad de amor y a una cultura de paz entre los hombres y entre el hombre como especie frente a su entorno.
De hecho, la palabra latina ludus proviene de un sonido etrusco que evoca el campo de juego y la diversión; sin embargo, también se refiere al gusto por la dificultad gratuita, al jolgorio y a la alegría. Ese término también abarca el recreo infantil, la competición, la representación litúrgica y los juegos de azar. Por otra parte, el término complexus es la fusión de cum – con y plexus – plexo, término fundamentalmente anatómico que hace referencia al entrelazamiento, al trenzado, entre dos o más estructuras; sin embargo, plexus deriva de plectere cuyo frecuentativo más común es plicare, plegar, arrugar, de donde provienen muchas palabras sumamente cargadas de sentido filosófico[2] como implicar, explicar, aplicar y, más fundamentalmente para nosotros, complicar. Así, etimológicamente, hay un lazo fuerte entre los términos complejo y complicado. No obstante, en el curso del siglo veinte, desde las ciencias básicas y en la filosofía ha quedado clara la no equivalencia entre esas palabras; sin embargo, sí es posible afirmar que hay una relación robusta entre la idea de “juego” (pensando en deporte, sobre todo la lucha grecorromana) y lo “complejo” (como el entrelazamiento de los brazos de los mismos luchadores). Por su parte, el vocablo “multiversitario” es una alusión a la cuna de la que procede la revista, a saber, la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin (MMREM).
Ludus complexus es una publicación de aparición semestral, es decir, dos número al año. Cada uno de ellos comportará una temática central ligada, desde luego, a la complejidad (tanto en ciencias como en el pensamiento en general). Así, cada número constituirá una revisión monográfica, desde luego no exhaustiva, de un tema concreto ligado a la investigación en complejidad. Huelga decir que al cabo de unos cuantos años, el lector de Ludus complexus, contará con una pequeña enciclopedia, es decir, con una “Complexipedia”. El formato de la revista es digital, de acceso libre a través de su página en la red[3], consulta plena mediada solamente por un registro que posee fines estadísticos, todo auspiciado por la Multiversidad Mundo real Edgar Morin.
El rector de la Multiversidad, el Ingeniero Rubén Reynaga, tuvo la iniciativa de crear un Número cero para presentar reflexiones generales acerca de la complejidad, desde el punto de vista de muchas áreas distintas del conocimiento. Y así lo hemos llevado a cabo en el número especial que aborda, a través de sus diversos artículos, desde la exposición general sobre la relevancia del pensamiento complejo de Edgar Morin, hasta áreas tan específicas como la antropología de las ciudades y la medicina clínica, siempre desde la perspectiva de la complejidad. Sin embargo, es importante subrayar que, propiedad consuetudinaria del pensamiento complejo, siempre brotan los elementos medulares de la complejidad, independientemente del tema que se aborde; eso sí, la forma en la que eso sucede suele depender de la región que se esté visitando en la república del saber.
La iniciativa del rector fundador de la Multiversidad Mundo real Edgar Morin es verdaderamente oportuna: los diversos temas que serán tratados en números sucesivos de la revista, abordados siempre desde diferentes y, en ocasiones, antagónicos, puntos de vista, serán los que señalarán la cadencia vital de nuestra publicación. Así las cosas, es muy afortunado contar con un número que discurre libremente acerca de la complejidad, del pensamiento complejo y de la transdisciplina, no sólo desde el punto de vista de diferentes profesiones, sino desde el genio de diversas lenguas. Porque los idiomas no sólo son curiosas maneras de expresarse acerca del mundo, sino que reflejan las múltiples visiones cosmogónicas y cosmológicas de los diferentes pueblos del mundo y, además, de los diferentes individuos que los emplean para expresar la vida de sus intelectos. Por eso, Ludus Complexus, si bien es una revista generada desde México, no sólo acoge en su seno las expresiones que sobre la complejidad se generan en lengua española, sino que gustosamente acepta las expresiones generadas en ese mismo sentido, en inglés, en francés, en portugués y en italiano, permaneciendo abierto a un abanico aún más amplio de lenguas si ello se hace necesario.
Así y todo, henchidos de esperanza y movidos por la certeza del gran valor de nuestra propuesta desde México, desde América Latina, para el mundo, podemos asegurar que Ludus Complexus: revista multiversitaria de complejidad constituye un parteaguas en la expresión académica generada en torno al tema de la complejidad.
Augurium sacrarum avium educatio est.
Alexandre S.F. de Pomposo[4] Director de Ludus Complexus
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[1] Esta oración es una paráfrasis que hago a partir de Miguel García-Baró, en su extraordinario texto La compasión y la catástrofe – Ensayos de pensamiento judío, Ediciones Sígueme, Salamanca, 2007, p. 209.
[2] Cf. Nicolás de Cusa, La docta ignorancia, traducción del latín, prólogo y notas de Manuel Fuentes Benot, Aguilar, Madrid, 1981.
[4] Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
LUDUS COMPLEXUS: REVISTA MULTIVERSITARIA DE COMPLEJIDAD, año 1, Vol. I, Nº 0, enero – junio 2015, es una Publicación semestral editada por la Multiversidad Mundo Real, Edgar Morin A.C., Callejo Benito Juárez 2, Colonia Zona Militar Cuartel XV, Hermosillo, Sonora, C.P. 83145, Tel. (662) 267 1350, www.luduscomplexus.org, revist@luduscomplexus.org. Editor responsable: Alexandre S.F. de Pomposo. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo Nº 04-2015-093013021900-203, otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Responsable de la última actualización de este Número, Luis Ángel Arreguín y Williams Beltrán, calle Río Rhin 56/502, Colonia Cuauhtémoc, Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06500, México D.F. Fecha de última modificación, 13 de mayo de 2015. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, A.C.